Estrategias para compartir historias personales en línea de forma segura
(Traducido por Raquel Quevedo)
Gran parte de nuestras vidas están impregnadas de tecnologías digitales. En este mundo cada vez más digital, las personas tienden a confiar en las experiencias personales y de boca en boca más que otros medios de información que encuentran en línea. Esto es evidente en cómo las empresas, organizaciones e individuos se asoman al marketing digital, las promociones, la abogacía y más. Tan solo en la publicidad, los estudios han encontrado que un número abrumador de personas confía en una recomendación de un amigo o en una experiencia personal relacionada con un producto más que en otras técnicas de marketing (vea un estudio aquí). Las experiencias personales, o cuentos, son una herramienta impactante para una variedad de propósitos, y compartirlas en línea permite un mayor alcance e impacto potencial.
Ser consciente de la seguridad digital
Foto por Rodion Kutsaiev via Unsplash
Nuestro panorama digital actual continúa cambiando, y con eso, también nuestros métodos para contar historias. Los espacios digitales son ahora el lugar principal donde organizaciones e individuos comparten historias – en plataformas como TikTok, Instagram, Facebook, LinkedIn, sitios web de noticias, blogs y más. Pueden llegar a más personas en diferentes lugares y tiempos, y pueden ayudar a generar apoyo comunitario y público para causas y problemas específicos. Dado que compartir una historia en línea puede parecer algo de bajo riesgo. ¡Solo llena este formulario con su experiencia o grabe un video corto y usted también puede compartir su historia con otros! Esto no es necesariamente incorrecto, pero ignora la naturaleza encarnada de la narración: Las experiencias suceden y son sentidas por el cuerpo y volver a contar una experiencia puede provocar una revivencia de esa memoria. Esto puede provocar angustia y un trauma renovado.
Además, si bien las tecnologías digitales ofrecen mayores oportunidades para compartir historias que pueden impactar a más personas fácilmente, aún debemos ser cautelosos al invitar a las personas a compartir sus historias en línea. Desde hace un tiempo, quienes están detrás de las escenas en las plataformas de redes sociales han expresado sus preocupaciones, negándose a usarlas y/o negándose a dejar que sus hijos las usen. Hay innumerables publicaciones sobre qué evitar compartir en las redes sociales (vea más aquí). Los problemas de privacidad y seguridad de los datos abundan, especialmente en lo que respecta a las plataformas de redes sociales como Instagram, donde podrías pensar que tienes control sobre tu propio contenido (solo lo tienes en cierta medida, ver la política de privacidad de Meta). Definitivamente existe cierta incertidumbre sobre las mejores prácticas de la seguridad digital al compartir historias personales en las redes sociales.
En el trasfondo de nuestras interacciones en línea, nuestros datos de usuario se monitorean, recopilan y almacenan, incluso si eliminamos información de nuestras cuentas o plataforma de mensajería. Esto puede no importar en lo absoluto, hasta que, de repente, sí lo es. Cuando una persona comparte un cuento digital que incluye información vulnerable, dicha información puede ser colectada, distribuida, y utilizada para fines distintos de la intención original, y los datos asociados pueden ser guardados mucho después de ser “borrado” por el usuario original. Esta vigilancia de la información digital, aunque en gran medida invisible, debe considerarse cuando se pide a las personas que compartan historias en espacios en línea.
En Confianza Collective, sabemos que compartir historias en línea tiene un gran poder, pero también conlleva un gran riesgo. Es fundamental que las organizaciones sean conscientes y reflexivas al gestionar las experiencias y los posibles riesgos de los cuentistas. A continuación, presentamos algunos consejos para las organizaciones que se dedican a crear y compartir estratégicamente historias de personas.
Foto por Alex Rodriquez
Compartiendo historias seguramente
Al utilizar la narración como método de interacción, su organización debe mantenerse al día con las preocupaciones sobre seguridad y privacidad digital. Si solicita a personas que compartan historias personales y potencialmente vulnerables, debe estar preparado para protegerlas y apoyarlas posteriormente.
→ Prepárese para la interacción negativa. ¿Cuál es su plan para el potencial de trolling, acoso u otras respuestas dañinas?
→ Centra el cuidado para los cuentistas. Encuentra lo que se siente sano y seguro para ellos. En otras palabras: ¿Qué consienten compartir?
→ Infórmese a sí mismo y a quienes lo rodean sobre la seguridad de los datos, los problemas de la privacidad en las redes sociales y temas relacionados (aquí hay un breve artículo de la Alianza de Ciberseguridad)
Las historias son experiencias encarnadas. Algunos pueden ser alegres, divertidos o positivos. Otros puede que sean tristes, angustiantes, o incluso traumatizantes. Muchas veces, son una mezcla de estos. Un aspecto importante de la seguridad digital es ser completamente transparente con el individuo que comparte su información personal y posiblemente vulnerable para que sepan a qué están consintiendo, qué riesgos conlleva compartir sus historias digitalmente y qué tipo de detalles desean compartir. Aquí hay algunas acciones clave que se deben priorizar:
1. Reflexiona sobre el formulario de liberación de su organización. ¿Está claro cómo y en dónde se utilizarán las historias? ¿Qué pueden hacer los cuentistas cuando ya no quieren que su historia sea utilizada por la organización?
2. Protege las identidades de los cuentistas y de las personas referidas en su cuento. Si incluyen citas o descripciones, pueden reemplazar un nombre con el rol de la persona: paciente, participante, familiar, etc. Quizás se sientan más cómodos usando solo el nombre de pila o incluso usando seudónimos.
3. Edite o corte información confidencial que podría convertir a los narradores en blanco de interacción negativas. Ya sea un texto escrito o un video, asegúrese de discutir con anticipación o revisar a quien, y a que se hace referencia y con cuanto detalle, como, donde viven o para quién trabajan.
Foto por Marvin Meyer via Unsplash
Hay un límite a lo que se puede hacer para mantenerse seguro en línea. Cualquier espacio público está abierto para cualquiera. Pero ayudar a proteger los cuentistas y las personas que incluyen en sus cuentos demuestra que se preocupa por su buen estar. En el proceso, individuos pueden aprender a considerar críticamente su propia seguridad digital:
- Pueden considerar los riesgos personales de compartir información de identificación: nombre, edad, ubicación, lugar de trabajo, relaciones, imágenes, cuentas de redes sociales personales, etc. Un riesgo es ser víctima de doxing (Lea una breve explicación aquí)
- Pueden decidir que partes de su historia deseen omitir para su propia seguridad y bienestar, o para la seguridad y el bienestar de otros.
Cuanto más sepa sobre la seguridad digital, mejor preparado estará para proteger a los cuentistas que comparten sus historias en las redes sociales para su organización.
Empezando
Al empezar a documentar historias, puede resultar difícil por dónde empezar, en qué centrarse o cómo ayudar a los narradores. Anímelos a involucrarse: contar una historia no es un proceso lineal. Los narradores pueden empezar:
1) Sabiendo por qué están escribiendo, y para quien le escriben.
2) Expresar sus ideas de la forma que mejor les funcione: grabación de audio, puntos principales delineados, flujo de conciencia, conversación con alguien, dibujo, etc.
3) Compartir su historia con alguien de confianza. La narración es colaborativa, entre quien narra y quien escucha, puede ser útil para describir qué le llama la atención a otra persona.
No hay una sola forma correcta de documentar una historia. Pero a veces puede resultar intimidante. Echa un vistazo a nuestra cuenta de Instagram, @confianzacollective para obtener otros consejos para contar historias.
1) Reconozca los sentimientos de los cuentistas. A menudo vuelven a experimentar aquello sobre lo que están escribiendo, incluyendo traumas y otros recuerdos vulnerables.
2) Colabora con los cuentistas. Trabajen juntos para que se sientan vistos y apoyados; comuníquese sobre cómo se utilizará, presentará o compartirá su historia.
3) Apoye a los narradores de historias de manera práctica. Ofrecer apoyo a los narradores durante el proceso de escritura o grabación para que presenten una historia en la que se sientan seguros y que se ajuste a la visión general. ¿Necesita ayuda para prepararse para enviar o compartir algo? Ofrecemos apoyo al narrador a través de consultas personalizadas para eventos y campañas públicas.
Recuerde, los cuentos son valiosos, y también los cuentistas dispuestos a compartirlos.
Reflexiones finales
Puede parecer sencillo contar tu propia historia o la de su organización. O tal vez parezca una tarea imposible. Ya sea que te sientas en un extremo o en el otro, te animo a encontrar un buen equilibrio: centra la intencionalidad y el cuidado, pero sin complicarlo demasiado.
Si le interesan las tecnologías digitales y la narración, estate atento a nuestra próxima publicación sobre narración digital e IA. Y si le interesa ver cómo Confianza Collective podría colaborar con usted en su propio trabajo narrativo, Conéctase con nosotros aquí.
¡Feliz escritura!
La Dra. Danielle Koepke es creadora de contenido y consultora de estrategia de redes sociales en Confianza Collective. También es maestra e investigadora con experiencia en narrativa digital, salud comunitaria y alfabetización informacional. Para leer más sobre el trabajo de Danielle, consulte su sitio web.